26 mar 2007

El Seminario


He aquí mi experiencia personal sobre el seminario que Erica Koleff (ver quién es más abajo) daba este fin de semana, como ya hemos anunciado en esta página.

No puedo decir cómo fue la presentación de la historia, debido a que me encontraba viajando de regreso de Resistencia y, como llovía torrencialmente, el colectivo debía ir lento (lo confiezo: había momentos en que el colectivo iba tambaleándose tanto que me sentí al comienzo de una Destino Final).


Llegué una hora y media más tarde, completamente mojado, y cuando ingresé finalmente a la sala teatral donde se hacía el seminario ya estaban en medio de la charla (por cierto, nadie fue capaz de decir "hola, Mauro"), así que tuve que intentar adaptarme a lo que estaban hablando, aunque por más de quince minutos me encontraba totalmente perdido.


Erica nos mostró a todos los presentes uno de sus últimos trabajos (La Filosofía en el Tocador, de Sade), en donde interrelacionaba multimedia, teatro, cine y diseño. En la obra, los personajes reales interactuaban con otro personaje que solamente se encontraba en la pantalla (como un diálogo por webcam).


También tuvo una idea muy interesante y es sobre el estudio de la reacción del público. No es novedoso de que Sade, entre otras cosas, hable de sexo. Lo que la muchacha quiso probar (particularmente digo que es una idea brillante), es ver si el público sufría alguna clase de innibición al estar escuchando relatos subidos de tono, mientras es observado por otras personas. Para esto ubicó la puesta en escena en el medio de la sala y al público enfrentado.


Ya contado de qué iba el tema, ahora vamos a analizar un detalle sumamente importante: las personalidades que brillaban por su ausencia.


De la película, el sábado, las únicas personas que estuvieron fueron Carlos Canto (obviamente), Emmanuel Suedán, Cecilia Herrera, Evangelista Castro, César Romero y yo (sí, y ninguno de ellos me dijo "hola, Mauro" cuando llegué). Además había otras tres o cuatro personas que desconozco quienes eran. Ahora, ¿y el resto de Cuesta Arriba? Si en la reunión del martes, cuando Carlos anunció este seminario, había más de 15 personas.


Carlos Canto lanzó su teoría de la poca concurrencia y lanzó la apuesta: "Al menos diez personas no vinieron por la lluvia".


Está bien, llovía torrencialmente a la hora pactada para el Seminario. Pero, gente, ¡juro que el teatro no tiene goteras! Es decir, ¡está bajo un techo! ¡Bajo un techo, la gente no se moja! ¡Es verdad, no se moja! Miren, en la foto estábamos todos debajo de un techo y no nos mojamos.


Pero no soy quien para juzgar a los que no fueron por la lluvia, porque después de todo yo entiendo que pueden mojarse mucho en el larguísimo caminito de cemento que hay desde la vereda hasta el techo del teatro, y que la gente se moje en una caminata de cinco metros puede ser algo letal para la existencia humana. Así que, perdonados.