Ajá, ¡yo sabía! O por lo menos lo sospechaba y cuando lo comenté, me trataron de loco. Bueno, ahora veamos. Ayer se filmó una escena (un tanto asquerosa según me contaron), pero milagrosa. La llegada de un pobre bebé a nuestra maldita sociedad.
Según escuché, más o menos la historia era así: Carlos se entera que tiene que hay un parto y que lo tienen que filmar y llaman a Emmanuel, que, según sabía, había podido dormir poco por problemas personales que lo obligaron a estar despierto desde temprano.
En simples palabras, y por lo que escuché, el pobre Emmanuel tuvo que traer un bebé al mundo (ficción, claro) totalmente muerto de sueño. Además describió sentir el olor a vello, carne y grasa quemada. Ah, que ternura, después nos dicen que la vida es un milagro, pero nunca nadie describió el aroma de dicho milagro tampoco.