18 oct 2006

El Umbral - Crítica



Hay un lugar donde el mundo de los vivos y el de los muertos se mezcla.

Con un slogan así, cualquiera pensaría que estamos frente a una película al mejor estilo de la excelente Sexto Sentido, o también que estaríamos cerca de Los Otros. Si bien la trama de El Umbral hace que pensemos que se asemeja, la realidad es que aquí las cosas van por otra rama, aunque del mismo árbol.
Todo comienza cuando Sam (Ewan McGregor), recibe en su consultorio psiquiátrico a Henry (Ryan Gosling), un joven que tiene problemas. El chico tiene un grave problema, aunque Sam no llega a entender cuál es. Para colmo, Henry adivina que ese día caerán granizos en la ciudad, lo cual lleva a Sam a sospechar que hay una extraña fuerza en él.
Pero la trama no comenzará a tener sentido hasta el momento en que Henry le revele a su psiquiatra que el sábado por la noche, para ser más precisos, a la medianoche, se suicidará.
Aquí es donde comienza la búsqueda de Sam por una solución, ya que es el único que puede salvarlo. Pero las pistas para Sam no son fáciles, y las pocas que tiene son muy confusas.
Aquí es donde entra en juego el espectador, que tiene que tratar de no perderse en una obra tan perfectamente bien diseñada y filmada como por los dioses. Se mezcla entre pistas y pistas sin entender si hay culpables, si hay víctimas o si los personajes están vivos o están muertos. ¿Cuál es la realidad?
La cosa es que las pistas son simples y están todo el tiempo a la vista de todos, pero con un director que se molestó en presentarnos una película perfecta, no se puede predecir qué es lo que va a suceder.
¡ALTAMENTE RECOMENDADA!

Lo Bueno: La dirección.
Lo Malo: ...

Calificación: EXCELENTE