Advertencia, niños. Si tienen menos de seis años o todavía ven dibujitos animados (sí, yo miro Brandy y el Sr. Bigotes) les debo decir que deben dejar de leer esta nota de manera urgente y pasar a la siguiente, porque a continuación revelaré uno de los grandes secretos de la vida. ¡Cecilia es Barney!
O por lo menos lo fue el pasado domingo cuando tuvo que ir a animar un cumpleaños
La situación fue que, con el calor que hacía, Cecilia se tuvo que meter en la piel del hijo gay de Godzilla (este chiste lo leí en el diario de ese mismo día) y tratar de animar ese cumpleaños. Por mi parte, solamente me senté bien apartado de la multitud y me puse a escuchar mi propia música mientras hacía tiempo.
Lo gracioso de la historia es que me la imaginaba a Cecilia, en algún
momento, tirada en el piso, sin poder levantarse y todas las criaturas sobre ella pisándola y pateándola. O, como el traje era tan pesado, me imaginaba a los chicos queriendo llevarlo a Barney de un sitio a otro y hacerlo por todos lados, y Cecilia apenas pudiéndose mover. ¡Qué trágico! De todos modos, Cecilia, por lo menos, cobró por esto.
Ahora, seamos honestos, si lo encontramos a alguien vestido de Barney un día de estos, ¿no da la situación como para ir a pegarle un rato?